¡Hola visitantes! Las clases de animación cultural de esta semana han tratado el tema de los agentes culturales.
Los agentes culturales son todas aquellas personas que, de manera individual o colectiva, intervienen en la cultura de distintas maneras como creando obras artísticas o gestionando espacios culturales entre otras.
Existen distintos agentes culturales: el sector público, el sector privado y las organizaciones sin ánimo de lucro. Todas ellas tienen un objetivo común: que la cultura esté presente en la sociedad, pero cada uno tiene sus propios intereses.
El sector público, financiado con fondos públicos, tiene como objetivo crear un mayor bienestar social y que todos tengan acceso y participen en actividades culturales. Una actividad creada por una entidad pública no quiere decir que sea gratuita sino que no sacan beneficios propios.
El sector privado tiene como finalidad obtener beneficios económicos En este sector encontramos las empresas de gestión o animación, las empresas culturales como compañías de teatro, galerías de arte, productoras de música, etc. Y por último las empresas que no se dedican al ámbito de la cultura pero que la utilizan como medio para publicitar y patrocinar su empresa.
Las organizaciones sin ánimo de lucro son las que no reciben beneficios económicos Se dividen en dos: las asociaciones y las fundaciones. Las asociaciones son agrupaciones de mínimo 3 personas que defienden unos intereses propios. Reúnen dinero mediante cuotas a los socios, subvenciones y donaciones. En cambio, las fundaciones únicamente reúnen dinero para defender esos intereses propios.
Después de ver durante esta semana los distintos agentes culturales, me ha venido a la mente mi infancia. Cuando tenia 7 años pertenecía a una asociación cultural de mi barrio donde se realizaban actividades musicales: clases de solfeo e instrumento de banda, clases de guitarra, banda de música y coral. Toda mi familia estaba dentro de la asociación, mi padre era el director del coro y daba las clases de guitarra y mis hermanos y yo íbamos a solfeo, a la banda de música y al coro. Estábamos todas las tardes allí, haciendo actividades o simplemente charlando con la gente y organizando cosas nuevas. Debido a la dificultad para entrar en el conservatorio, la asociación fue mi particular conservatorio donde pude estudiar solfeo, clarinete, estar dentro de una banda y cantar en un coro.
Para los curiosillos, soy la niña que lleva una cinta rosa en el pelo.